domingo, 13 de enero de 2013

Que veneno más letal es aquel que con su solo encanto hace que caigas bajos sus efectos mortales, aquel que no es necesario destapar para saber que hará efecto
Cuando los gritos son tan ruidosos y angustiosos que se ahogan en lo más profundo de nuestras gargantas. Cuando las lágrimas son tan ásperas que enrojecen nuestras mejillas hasta el punto de irritarlas. Cuando nuestras uñas se clavan con tanta fuerza.